Una gran parte de los aficionados que acuden hoy en día al estadio Metropolitano, en un relevo generacional de la fanaticada que por 48 años se ha hecho presente en cada uno de los partidos de Estudiantes de Mérida, conoció de los triunfos y éxitos del académico por boca de sus antecesores.
Muchos de los que hoy colman las gradas hinchando por el equipo de sus amores, por cuestiones de edad, no tuvieron la posibilidad de ver la grandeza del Estudiantes del 80 o el del 85, años en los cuales bordó las dos estrellas que posee en su escudo proclamándose campeones absolutos.
Los recuerdos que quizás hacen más presencia en la mente de la fanaticada rojiblanca, por ser más recientes, son los del año 98 cuando el equipo del pueblo merideño se proclamó campeón del Apertura en la ciudad de San Cristóbal en el estadio Pueblo Nuevo, casa de su más acérrimo rival; Los del 99 cuando de la mano del filósofo del fútbol venezolano, Richard Páez, realizó una extraordinaria Copa Libertadores; O el del Torneo Apertura 2001, semestre en el que nuevamente la ciudad de Mérida vibró por la obtención de un campeonato corto.
Posterior a esas épocas doradas, el aficionado del cuadro académico debió vivir junto a su equipo momentos llenos más de sufrimientos que gozos, en donde las pésimas gestiones administrativas contribuían a que los resultados en lo deportivo no estuvieran a la altura de un equipo de la talla de Estudiantes, haciendo que el hincha académico añorara, más que nunca, los tiempos de gloria.
Tuvieron que pasar varios torneos para poder escribir otra página en la historia de triunfos y éxitos del elenco rojiblanco. En el Torneo Clausura de la temporada 2018, la gerencia del cuadro estudiantil, encabezada por la familia Toni, decidieron brindarle la oportunidad como estratega del primer equipo a Martín Brignani, argentino nacido en Mar del Plata que en el año 99 deleitó a propios y extraños defendiendo los colores rojo y blanco dentro del rectángulo de juego.
Desde su llegada Martín quiso plasmar una idea de juego que estuviera a la altura de Estudiantes, en donde el buen trato a la pelota y las propuestas ofensivas debían ser los pilares fundamentales, teniendo entre ceja y ceja devolver al equipo a la palestra del fútbol nacional.
En su primer semestre alcanzó la clasificación a los cuartos de final de la liguilla, siendo uno de los equipos que mejor jugaban al fútbol en Venezuela y destacando, en lo numérico, como el más goleador del torneo. Sin embargo, a pesar del buen campeonato, el equipo no logró superar dicha instancia de la competición.
Tuvo que llegar el Apertura 2019, torneo en el que en la previa a los jugadores del cuadro merideño se les apreciaba las ganas de querer triunfar, de dejar grabados sus nombres en la historia. Así nuevamente Martín Brignani, su cuerpo técnico y los jugadores realizaron un semestre en el que hicieron que toda Venezuela volteara de nuevo hacia la ciudad de Mérida para apreciar el buen fútbol, que, acompañado de un excelente marco en las tribunas, era más que agradable para la vista.
De esa manera jugadores como Jesús “Pulga” Gómez, Jesús “Chiky” Meza –quienes sufrieron el único descenso del equipo merideño-, así como también Alejandro Araque, Christian Flores, Christian Rivas, Yorwin Lobo, Jesús Álvarez y William Díaz –jugadores acostumbrados a pelear con el rojiblanco por no bajar a segunda división-, acompañados de foráneos como, Richard Ruiz, Galileo Del Castillo, Omar Labrador, Luis Castillo, José Manríquez, Andris Herrera, Daniel Linárez, Oscar Sainz, Wilson Mena y Luz Lorenzo Rodríguez, realizaron una excelente ronda regular, eliminaron en cuartos de final al Aragua FC, equipo revelación del torneo, lograron el pase a la fina ante el Carabobo FC, plantel con los mejores números del semestre, y se proclamaron campeones ante Mineros de Guayana, una de los nóminas más importantes del balompié criollo.
18 años pasaron para que el gigante rojiblanco que dormía entre las montañas merideñas despertara, no por mera casualidad, sino por el trabajo y esfuerzo que desde lo administrativo y deportivo se hizo. 18 años pasaron para que nuevamente merideños y no merideños sacaran la pluma y redactaran en el libro de la historia del académico, así como en la mente de los antiguos y nuevos aficionados, lo hecho en el Torneo Apertura 2019, semestre que le permitió vivir la alegría de ser campeones a aquellos que sólo habían escuchado de estas mieles por boca de otros.
(Prensa Estudiantes de Mérida / Carlos Rondón Monsalve)